Estos quince
días diferentes para todos, alteran las rutinas y obligan
a una mayor autodisciplina, a la que también deberán contribuir las familias y
los docentes, que deben ser imaginativos para crear actividades a distancia.
No son vacaciones, la plaza no es una opción y,
menos, los encuentros o visitas de amigos: son momentos para quedarnos en casa,
para protegernos entre todos del coronavirus, y los grandes de la familias enfrentan, además, el desafío de cómo ayudar a los más
pequeños sin perder la paciencia y la calma familiar, activando la creatividad bajo techo en tiempos de
COVID-19.
"Es importante explicarles a los chicos
cómo es la situación que estamos viviendo a nivel mundial, la infección por un
virus en particular que hasta ahora no era conocido. Decirles que hay muchas
personas que se contagiaron y todas las personas que vienen de esos lugares
tienen que aislarse al llegar a la Argentina, para cuidarse a sí mismos y a los
demás"
Además se sugiere que
transmitamos una idea positiva en la que, a pesar de las circunstancias, podamos
aprovechar el momento de estar juntos y compartir tiempo sin correr, que los
chicos puedan vivenciarlo más que como una pérdida como una ganancia. Es una
buena oportunidad para leer, pintar, hacer collages, maquetas, hacer los
deberes juntos y aprender mucho uno de otros en un encuentro familiar.
Leer muchos cuentos e historias maravillosas, revalorizando a cada niño y rescatando siempre las palabras mágicas.